Me gustaría que hubiera luz en estas páginas, la luz suave de la tarde. Esto no es un libro sobre la muerte, sino sobre la tristeza por la vida que se va. Es diferente. Tristeza por el panal colmado de miel, pero también por las celdas vacías de ese panal, por ellas más intensa incluso. Tristeza por aquel panal del que también se acuerdan las velas de cera mientras se extinguen en nuestras manos.
El jardinero y la muerte de Gueorgui Gospodínov