Hace mucho que se sabe que Hitler planea invadir el Vaticano, aunque la curia romana alberga la esperanza de que no se atreva. Hasta que, un día, llega a manos del papa una misteriosa carta con una advertencia fatal:
Santo Padre, papa Pío XII:
¡El plan de Hitler sigue adelante! ¡El Vaticano será invadido dentro
de pocas semanas, quizá días! ¡Su santidad está en peligro!
Un amigo
Pío XII tendrá que actuar deprisa para salvar a la Iglesia de las garras de los nazis. En su mesa guarda invitaciones de Roosevelt, Franco y Salazar para refugiar a la curia en sus respectivos países. Aceptar la invitación de Roosevelt significaría elegir un bando en el conflicto, y, como el régimen de Franco es demasiado represor, solo queda Portugal. Pero una filtración de información y un ultimátum de España llevan a Pío XII a decidirse por este país. Para alejarse de Franco, su destino no será Madrid, sino Santiago: «¡Si sirvió como último y eterno lugar de descanso para el apóstol, también servirá para recibir a los cardenales de la Iglesia!», clama el papa.
Pero Pío XII nos tiene reservada una sorpresa: renuncia al papado y se queda en el Vaticano, ya que desea estar presente en caso de que las botas de los nazis pisen la basílica de San Pedro. Mientras tanto, da comienzo en Santiago la elección de un nuevo papa, con tantas intrigas que casi logran que se olvide la violencia que rodea el Vaticano.
Nos encontramos ante una apasionante novela de suspense inspirada en hechos reales: los planes de Hitler para apresar al papa, la invitación de Salazar para brindarle refugio en Portugal, y el ultimátum que obliga a la curia a decantarse por España.